domingo, 27 de enero de 2008

Con pies de plomo


Nunca le había confesado mi mayor secreto a nadie. Ni siquiera a Blesiviin, mi amiga íntima, mi amiga del alma desde que llegué a este mundo. Tampoco sabía nada aquella mujer con la que hablaba en sueños todas las noches... y eso que últimamente habíamos tenido alguna que otra charla íntima, mientras tomábamos café.

Decidí venir y revelarte eso que siempre he callado.
Te conocí gracias a la mujer de mis sueños. Hablaba y hablaba de ti. Cuanto más me explicaba, más necesitaba saber. Creo que llegué a obsesionarme contigo. Creo que incluso toqué el hilo que marca la frontera hacia el delirio.
Comprendí que se debe mantener la calma.
Analicé la situación. Simplemente, consideré que necesitabas el aliciente que yo ya recibí.

Ahora mismo te veo aquí. Eres sublime. Perfecto. Tu nombre es dulce. Sin embargo... se empeñan en denominarte “llorón”. ¿Por qué? ¿Quién dice que siempre estés triste? ¿Quién hizo que te llamaran así? ¿Quién dice que un sauce no pueda guardar un secreto?

Espero que no te importe que me siente encima de ti, con mis botas rojas y mi falda de paño verde. Me colocaré aquí, sobre esta raíz que te sobresale. Aquí estoy bien. Las raíces son lo más profundo de las cosas... pero como puedes ver, de vez en cuando, se asoman y resurgen. Salen a la superficie para mostrar que el inicio de cualquier hecho no es algo ni tan lejano ni tan profundo.

Nací así. Uno púrpura; el otro lívido. Un pie de cada color. Al principio anduve asustada... muy asustada. Tenía miedo a andar. Tardé cuatro años y tres meses en aprender a hacerlo.
Una vez tuve por la mano (y por los pies) eso de caminar... no pude parar y empecé a correr. Descubrí el camino de baldosas amarillas y lo seguí; no encontré al mago, simplemente anduve en espiral junto al hombre de hojalata. Pero, aún así, todo empezaba a ser completamente mágico.

Al cumplir la mayoría de edad, vino la abuela sabia y me dijo que la magia y la fantasía son cosas que un día u otro deben finalizar. Por ello... debía elegir uno de los dos colores para mis pies. Pero ¿cómo?. Yo ya estaba habituada al púrpura y al lívido ¿por qué no continuar así?.
Me advirtió que pronto debería manifestar mi elección. Así que me escapé, eso sí, me llevé a Blesiviin conmigo. Ahora vivo cerca de aquí, en este mismo bosque.

Serás para mi el sauce risueño. No creas ser del modo que todos quieren que seas, sino quien sientes ser en tu interior.

Debo ir a comer, Blesiviin me espera. Volveré. Trataré de ir con mucho cuidado, por si descubren que ando escondida para evitar la elección... andaré con pies de plomo.

jueves, 24 de enero de 2008

Me como frases - - - - - - - Me como fresas


Respiro... y me inspiro.
Me doy cuenta de que me como frases y me como fresas, para que no precipite mi boca palabras que no interesan.
Resbalo... y regalo una sonrisa. Y me sonrojo. De repente, me encojo.
Me doy cuenta de cuántos cuentos me cuentan... más de un ciento, sin decir "lo siento". Arranco el rencor y me remonto... te recuerdo... me desmonto.
Porque ante esta situación me vuelvo loca, porque se va ciñendo mi ropa. Hasta encuentro dulce la sal, eterno el sol y benigno el mal.
Dime con quién andas y te diré un refrán.
Pese a que no concibas ni recibas el sentido de lo que digo, me quedo tranquila. Yo lo entiendo, lo extiendo y, como siempre, te atiendo. De ese modo, también aprendo.


Mis disculpas más sinceras... no entenderás más que lo que quieras. Me doy cuenta de que me como frases y me como fresas, para que no precipite mi boca palabras que no interesan.

martes, 22 de enero de 2008

····.... Silver Planes ....····

¿Sabes? No puedo dejar de escuchar esa canción. Siempre la misma.
Creo que ya pertenece a mí ese punteo de guitarra eléctrica. Creo que mis latidos siguen el ritmo de la batería que marca la introducción.

Tampoco es la letra de la canción lo que me resulta interesante; y no es que tenga una melodía fuera de lo común, como para haberla adentrado en mí.
Es el conjunto. Es la canción en sí. Son los recuerdos que me trae.

Palabras indescifrables... ¡Qué tontería!
Y tú siempre dices que soy un alma del averno, tendré que darte la razón... quizá sea cierto.


He pensado en tatuar una clave de Sol en mi piel. No es que trate de penetrar en mi ser esta canción. Solamente trato de dejar el sello, de registrar una producción importante... la banda sonora original de mi propia vida.







3:52. Vuelve a darle al "play"

viernes, 18 de enero de 2008

.·: La Fuente :·.

(Hoy por hoy no habría escrito algo así, hoy mor hoy mi mente se encuentra en una fase mucho más positiva. Supongo que las circunstancias del momento te hacen ver, sentir... las cosas de un modo u otro. Rebuscando entre papeles encontré "La Fuente". Aunque el texto se engendrara hace tres años... es hoy cuando ve la luz).



La mirada de un gato penetra mi sentir. No dice nada, callada, conoce mi porvenir.
Luces de neón, cajas de cartón, santos maldecidos, ceniza en el sillón.
El submundo de mi mundo... ahí me encuentro yo.

Perdida, seca, gris, vacía, metálica... mecánica.

Ya no recuerdo un lugar en el que existen los prados, pues las últimas flores exprimen sus vidas en un jarrón.
Ya no recuerdo un amor en el que reinan los besos, pues ahora sólo existe el propio "yo".

Velocidad... sin reflexión.

La Luna intenta llamar la atención, porque antes fue de secretos confidente... ahora no es más que decoración.

Tenía la esperanza de poder recuperar lo que me contaron que hacían los de antaño: soñar. Para ello debía buscar la fuente de inspiración... aparecería el sueño.
Las cataratas más bonitas del mundo se volvieron piedras... me impidieron soñar. El océano más bello ya no tenía riqueza natural... me impidió soñar. Del lago de aquellas aguas profundas, no quedaba más que una gota en la arena... me impidió soñar. El río que nace en las nieves no era más que sólido cristal... todo ello, y mucho más, me impidió soñar.

Me di cuenta de que no sólo había perdido mi fuente de inspiración, pues no podía soñar; había perdido mi fuente principal de vida, el agua estaba ya extinguida... me impidieron soñar... me impidieron beber... ¿me impidieron vivir?








miércoles, 16 de enero de 2008

Jaque a la Reina

No digas nada, mantén el silencio. Ahora mismo estoy escondida. Calla, que nos pueden ver.
¿Que qué hago? ¿No lo ves? Hablar contigo. ¡Ah! Te refieres a por qué me oculto, ¿no?. Verás es que están jugando conmigo.
Cualquiera puede ganar la partida; cada uno tiene una estrategia definida.

Creo que avanzaré. Ven, avanza conmigo. Aquí. Por el momento no hay peligro... aunque el juego continúa.

Sí, son la torre y el caballo. No lo sé, desconozco sus intenciones, por eso me escondo; me ubico en un lugar difícil.
Creí estar sana y salva hasta que el caballo, altivo y firme, descubrió mi posición. No tardó la torre, con sus movimientos sencillos y lineales, en percatarse de la situación. Sí, la torre siempre había estado delante, pero había mantenido otra jugada hasta este momento... desconcertante, para mí.

No, aquí el caballo y la torre no forman parte de un mismo equipo, sino que forman parte de un mismo objetivo.

Creo que nos han visto. Retrocede.

Me están limitando el terreno, cada vez tengo menor posibilidad de moverme... aún puedo hacer algo.

¿Sabes? Me gusta este juego... pero hay algo que me produce un gran temor. No, no lo sé.
Temo a una caída vertiginosa desde la torre... demasiada altura para precipitarme al vacío... me dolería el doble.
Temo subir al caballo y que éste se desboque... no me gusta llevar las riendas.

¿El rey? Aún no hay rey en este juego... ese es el objetivo que precisamente tienen ambos. Mira bien. La torre está delante, en mi misma linea, mismo nivel. El caballo, a poca distancia, en ele... no creí que estuviera tan cerca.
¿Lo ves? Tienen en jaque a la Reina.



(Memorias de las conversaciones con mi propia conciencia)

sábado, 12 de enero de 2008

· º o 0 º o . Zerbrechlich . o º 0 o º ·


Mi nombre de pila es… bueno, yo nunca tuve nombre de pila, ya que en nuestra era nuestros padres consideran absurdo el acto del bautismo. Yo tengo nombre propio. Mi nombre propio solamente fue pronunciado una vez… el día en que me lo pusieron, pero no recuerdo cuál es.

Como siempre fui una niña bastante tímida, y aprendí a hablar filipino antes que mi propia lengua (pasaba más tiempo con mi niñera filipina que con los míos), mi familia pensó que era muda. Desde que tengo uso de razón, todo aquél que me conoce me llama Hache… ese es el motivo.

Con los años la cosa se fue normalizando y empecé a hablar por los codos. Aprendí seis lenguas a la perfección: mi propia lengua, el filipino, el omótico, el braile, el miao-tzu y el persa. Ningún mérito, si se tiene en cuenta que hoy en día es lo básico que se enseña en las escuelas.

Entré en la carrera de aeronáutica con una buena nota. Era lo que siempre había querido hacer, ya que se trataba de algo así como una tradición familiar. Cinco generaciones de mi familia dedicadas a lo mismo. Aeronáutica…algo muy común hoy por hoy.
Finalicé mis estudios y no tardé en ponerme a trabajar en la estación espacial que fundó mi abuela cincuenta años antes.

Llevo ya doce años trabajando como capitana de esta nave, la Zerbrechlich. Y hace seis meses que llevo preparando junto a Verführer, mi compañero de trabajo, este viaje. Siempre acostumbro a escribir algo antes de viajar interestelarmente.

Despegamos.

Tenemos tiempo para hablar. Segundos. Minutos. Días. Semanas. Puede que algunos meses.


- Hache, sé que llevamos tiempo trabajando en esto pero… ¿qué andamos buscando?
- Buscamos en el Universo, Verführer.
- Es lo que hacemos siempre, pero me dijiste que esta vez era diferente.
- Vigila el controlador de presión.
- Sí. Dos punto seis.
- Buscamos algo que puede marcar historia en nuestra era.
- ¿Algo que superará a los hechos de 2701?
- Sí… creo que la gente recordará el 2812 como algo inmemorable.

En 2701 el hombre consiguió llegar por primera vez a la Luna. Allí se encontraron los restos de una estrafalaria nave de hace muchos años, y los restos de una pequeña perra de origen ruso. Las bases de datos de historia aeronáutica, confirmaron el nombre del animal: Laika.
Por supuesto, no se encontró nada en territorio lunar de la simulada visita en 1969 de Amstrong y compañía. El Apolo 11 nunca estuvo allí.
Quién le habría dicho a aquella gente que los primeros habitantes del planeta Tierra en llegar a la Luna serían tres tripulantes de Zentrum der Erde, lo que anteriormente se conocía como Camerún. Es allí, en Zentrum der Erde, donde se encuentra la principal central de la actual NASA.

Tras minutos de silencio y de inmersión en el trabajo… retomé la conversación con Verführer.

- ¿No tienes a veces la sensación de echar de menos algo que aún no ha ocurrido? Y lo que es peor; nunca sabremos si sucederá.
- Sí. Pero es una sensación muy extraña.
- A mí me pasa muy a menudo. Pero quizá tenga una explicación lógica.
- ¿Igual que con un déjà vu?
- Exacto. Antes, allá por el siglo XX, se creía que un déjà vu era una señal de algo paranormal, algo que habían soñado con anterioridad. Un hecho que quizá ya habían vivido. Pero la ciencia consiguió darle una explicación.
- ¿Tan raro les resultaba entonces a los de antaño reconocer que un déjà vu no era más que algo tan parecido a cuando tosemos?
- ¿Cuándo tosemos?
- Sí… algo que produce una alteración por irse por el conducto inapropiado.
- Sí, supongo que, por el contexto del momento, era difícil entender que lo que nuestras retinas oculares captan en un momento, en lugar de viajar por el cerebro hacia los transmisores que descodifican la información de aquello que vemos… viajan hacia el rincón de la memoria. Entonces tenemos la sensación de que aquello que estamos viendo es un recuerdo que ya era nuestro. El cerebro no tarda en actuar y pone las cosas en su correcto orden y… finaliza el déjà vu.

Verführer me miró con cara de circunstancia sentado en su butaca. Sus penetrantes ojos negros me hicieron pensar que quizá hay otros universos, no necesariamente físicos.

- Pero esa nostalgia de la que te hablaba antes… no sé como se puede analizar si ni siquiera ha ocurrido la acción.
- Bueno, supongo que lo primero que debes analizar es qué es lo que añoras. Yo no puedo echar de menos eso que andamos buscando en esta investigación, porque no sé de qué se trata.
- Y una vez que sepa qué es lo que echo en falta… ¿qué?
- Pues tendrás un campo más limitado en el que buscar.
- ¿Aquello a diez millas es otra nave?
- No lo creo… es parte de los restos de algún meteorito. Si fuera una nave habríamos recibido aviso desde Zentrum der Erde.

Miré entonces hacia la gran esfera azul; cada vez más lejana de nosotros.

- ¿No resulta un poco chocante?
- ¿El qué?
- Poder ver desde la distancia cómo es el mundo sin ti. Es como si yo, en este momento, no formara parte de ese todo.
- Tienen conexión con nosotros y con otros cientos de naves.
- Pero no es lo mismo, Verführer… ahora no formamos parte de…
- Formamos parte del Universo. Como siempre.
- Resulta curioso cuando estamos en la Tierra, miramos hacia arriba y lo llamamos cielo. Desde allí, las estrellas son diferentes. Parecen millones de bombillas encendidas.
- Siempre me ha gustado mirar el cielo desde ahí a bajo.
- A mí también, Verführer, a mí también.
- De pequeño, cada noche me sentaba a contemplar la inmensidad del cielo. Supongo que de ahí mi vocación.

Noté algo raro… una cierta tensión agradable. Era como si Verführer quisiera decirme algo; algo que finalmente dijo.

- ¿Sabes, Hache? Antes de conocerte creí haberte visto en algún lugar. Cuando te vi por primera vez, por más que intentaba recordar el lugar en el que habíamos coincidido y cruzado nuestras miradas no se me ocurría nada.
- ¿Conseguiste finalmente saber dónde me habías visto?
- Gracias a esta conversación, acabo de recordarlo.
- Y bien…
- Te veía todas las noches cuando tan sólo era un niño, cuando cada noche me sentaba a contemplar la inmensidad del cielo. Eres como una de aquellas estrellas.

Sonreí. Sonreí de una manera diferente. Creo que ni a mí misma, ni a ninguna otra persona, había visto sonreír de ese modo antes. ¿Había creado una nueva sonrisa? No. Era algo que estaba olvidado.
Era la metáfora más bonita que había escuchado nunca. Era una metáfora con un significado interno.

Decidí responder a Verführer.

- Verführer, creo que podemos regresar a Tierra. Doy por finalizada nuestra misión; la investigación concluye aquí.
- Pero… Hache, ¿a caso hemos encontrado lo que andamos buscando en el Universo?
- Sí.
- ¿Sí? ¿Y dónde se encuentra?
- En esta misma nave. Buscábamos algo que se había perdido hace tiempo en la Tierra y que debíamos recuperar sin falta: los sentimientos. Sabía que viajando a través del Universo podríamos encontrarlos, porque éste es infinito.
Tu interior también lo es… es infinito… es un Universo… ahí estaba lo que anhelábamos hallar; ahí se encuentran los sentimientos.
Ahora debemos lograr un cometido mucho más importante nada más llegar a nuestro planeta. Me gustaría que también participases en este proyecto… ¿Qué me dices?
- ¿De qué se trata?
- Es algo muy simple… ya tenemos los sentimientos… ahora sólo debemos conservarlos.
- ¿Pero cómo se debe hacer?
- Con constancia, con cariño, con cuidado… pues tenemos en nuestras manos lo más fuerte y más frágil del mundo.



* Hache y Verführer murieron cien y ciento dos años más tarde mientras continuaban trabajando en su última misión. El hallazgo de Hache en la Zerbrechlich, fue un momento histórico.
A partir de 2812 se le conoce como la nueva era de los sentimientos.